Como si de un juego se tratase, Cortázar siempre ha conseguido transportarnos al mundo que con tanta facilidad crea, como el de ‘Rayuela’. Nosotros hemos decidido crear la nuestra en la que cada casilla es un libro suyo.
Julio Cortázar es un escritor argentino, a pesar de que nació en Bruselas en 1914, que perteneció a, lo que hoy en día conocemos como, la revolución literaria hispanoamericana. Más allá de la fama y prestigio conseguido en su país, es un exponente literario fundamental en la literatura internacional.
Estilo
Cortázar siempre sostuvo su admiración por las obras de Jorge Luis Borges, a pesar de que ideológicamente estaban enfrentados, pues el primero militaba en la izquierda. Borges, por su parte, también rechazaba los totalitarismos, pero no renegaba de recibir condecoraciones de países con dictaduras.
Siendo siempre más seguidor de obras narrativas internacionales, en vez de españolas, compensaba esto leyendo las obras de poesía de Cernuda y Salinas.
La literatura de Cortázar siempre busca ahondar en un profundo existencialismo, pues busca encontrar cuál es el sentido de la vida. Pero, sin duda, la característica que defiende la verdadera esencia de la literatura del escritor argentino es la rotura del orden cronológico. Esta propuesta implica involucrar al lector como coautor de la obra. Un claro ejemplo de esta nueva narrativa es ‘Rayuela’, su obra madre por excelencia.
El juego
Desde Casa de Letras hemos decidido realizar nuestra propia rayuela que, como ya sabéis, es un juego que consiste en pintar una serie de cuadrados consecutivos, con unos números dentro, tirar una piedra uno a uno a cada número e ir a pata coja a por ella hasta alcanzar el cielo, decir el número 1. Nosotros vamos a realizarlo con sus libros para, además, recomendártelos:
- ‘Rayuela’: fue escrita por primera vez en 1963, justo en el mismo año en que se publicó. Es la obra clave del boom hispanoamericano. El libro tiene tres maneras de lectura y, como tal, el argumento cambia. La primera forma es de manera cronológica lineal hasta el capítulo 56, la segunda siguiendo un tablero de dirección que Cortázar incluye en la primera página del libro y la tercera es a la libre elección del lector.
- ‘Historias de cronopios y de famas’: publicada en 1962, esta novela está formada por pequeños fragmentos y relatos cortos surrealistas, todo con el objetivo de desarrollar la imaginación del lector.
- ‘Bestiario’: es la primera colección de cuentos de Cortázar. Está formado por ocho relatos breves en los que cuenta hechos cotidianos que acaban volviéndose pesadillas.
- ‘Los Reyes’: en esta obra, el escritor reinventa el poema dramático del Minotauro, en el que Ariadna está enamorada del monstruo que habita en el centro del laberinto y no de Teseo. Entonces, ella intenta liberar a su amor a través del hilo de Teseo. Fue escrita en 1949.
- ’62, modelo para armar’: esta obra nace de la idea que tiene Cortázar del capítulo 62 de ‘Rayuela’. Escrita en 1968, se caracteriza por ser la obra más empírica del autor, ya que hay capítulos incompletos, mezcla de español, inglés y francés y espacios en blanco.
- ‘Deshoras’: es el último libro de cuentos que publicó el autor en el que trata diversos temas como el amor, la muerte y las relaciones.
- ‘Salvo el crepúsculo’: es una antología de poemas, publicada en 1984 (año en el que Cortázar muere), que tratan sobre el amor, jazz, París, Buenos Aires, etc.
- ‘El perseguidor y otros cuentos del cine’: esta obra recopila algunos de los mejores cuentos escritos por el autor que han sido llevados a la gran pantalla.
- ‘Todos los fuegos, el fuego’: publicado en 1966, esta novela está compuesta por ocho cuentos y narra dos historias diferentes pero que tienen un triángulo amoroso y un desenlace común.
- ‘Territorios’: por último, en 1978, Cortázar quiso hacer un libro homenaje a los artistas a los que admiraba y que le enseñaron que la libertad es el único terreno habitable.
Tal y como dijo Julio, «mi diagnóstico es sencillo, sé que no tengo remedio». Y es que «las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma». Por eso, nunca nos cansaremos de leerte.
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