A veces, la historia conecta a dos personas completamente diferentes de formas realmente inusuales. Es el caso de Ferrante Pallavicino y Julia de Castro, que comparten una obra. Sin embargo, la forma de enfocar su pensamiento es muy distinta.
Resulta difícil de imaginar como un monje agustino italiano del siglo XVII y una artista española del siglo XXI pueden acabar conectados de algún modo. La razón es muy sencilla: «La retorica delle putane». Este libro fue escrito por Ferrante Pallavicino en el año 1642 con objeto de reunir una serie de consejos para las prostitutas venecianas de la época con un toque de humor. Todo ello basado en el libro «Rethorica», del jesuita Cipriano Suárez
El libro le costó a Ferrante problemas con la Iglesia, que le persiguió hasta que pudo ejecutarle. En 1644, en la localidad francesa de Avignon (no confundir con la calle barcelonesa en la que Picasso inspiró su cuadro) fue apresado, ajusticiado y, finalmente, decapitado.
En este contexto surgió el libro, desde la perspectiva y óptica de un hombre que vivió hace cuatro siglos. Conociendo todos estos datos, es de imaginar que el relato sea misógino, tal y como lo era la sociedad de aquella época.
¿Por qué este libro?
Julia de Castro, aconsejada por una de sus profesoras de la universidad, dio con el libro de Ferrante. Un libro escrito en italiano del siglo XVII, ¿por qué? La curiosidad, como se suele decir, mató al gato. Y todo viene debido a que la profesora de Julia le confesó querer reencarnarse en prostituta veneciana del siglo XVII.
Entonces, comenzó la aventura. Una aventura que la llevó a Roma. Al principio, su idea no tenía que ver con escribir un libro, pero una vez lo leyó, sintió la necesidad de contestar a Pallavicino cuatro siglos después.
La artista no solo replicó la obra del autor italiano, sino que también la ha traducido al castellano. Ella es consciente de que trata un tema escabroso, polémico.
La prostitución es un tema candente actualmente. Más si cabe en pleno siglo XXI y en pleno apogeo del movimiento feminista. La mujer, históricamente subyugada al hombre, ha ejercido la prostitución sin que se cuestionase si eso estaba bien o mal. Pero, ¿es posible considerar a día de hoy la prostitución como un trabajo lícito siempre y cuando una mujer, en pleno ejercicio de su libertad y derechos, lo haga voluntariamente?
Julia, consciente de la polémica del asunto, se decidió a entrevistar a prostitutas romanas. En concreto, su estudió se basó en dos prostitutas que ejercen de forma voluntaria. Como si esta profesión pudiese ejercerse por motivos ajenos a necesidades o incluso extorsiones.
Cuestión de contexto
Las prostitutas, en general, a lo largo de la historia, se han enfrentado a contextos difíciles. No era diferente en la Venecia del siglo XVII, donde ser prostituta era una cuestión de rebeldía. No vivían en las mejores condiciones, pero al menos sí podían gozar de ciertos privilegios.
Actualmente, las cosas no son muy distintas. Sin embargo, con su investigación y su libro, Julia pretende visibilizar a aquellas mujeres que, por voluntad propia, han decidido seguir este camino.
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