El autor barcelonés siempre ha conseguido cautivar a millones de lectores gracias a que con la filosofía de el mundo amarillo seríamos más felices.
Albert Espinosa i Puig nació el 5 de noviembre de 1973 en Barcelona. Cuando tan sólo tenía 13 años, le detectaron un osteosarcoma. Éste es un cáncer óseo que ocupa el octavo puesto de los más comunes de cáncer infantil, padeciéndolo un 2,4% de los niños. A los 16 años tuvieron que extirparle un pulmón y a los 18 una parte del hígado. Aquí comenzó su mundo amarillo.
Su vida
Albert pasó 10 años en hospitales, concretamente de los 14 a los 24. Justo por aquel entonces, comenzó a estudiar Ingeniería Industrial en la Escuela Superior de Ingenieros Técnicos Industriales de Barcelona (ETSEIB) de la Universidad Politécnica de Cataluña. Decidió combinar sus estudios con su andadura como escritor.
Primero comenzó con algunas piezas de teatro que fueron interpretadas por «Los Pelones», grupo al que pertenecía. Además, estaba acompañado de sus compañeros de clase y decidieron llamarse así en alusión a los pacientes de oncología infantil. Actualmente, el grupo sigue en activo. En sus obras contaba sus experiencias hospitalarias.
A diferencia de todos sus compañeros de clase, Albert nunca llegó a ejercer de ingeniero. A los 24 años, curado ya de su enfermedad, empezó a escribir guiones de programas y concursos de televisión. El autor llegó a confesar que siempre quería actuar pero que solo conseguía trabajos de guionista.
Sin embargo, su verdadero lanzamiento al éxito fue como guionista de Planta 4ª, protagonizada por Juan José Ballesta. Es una película de carácter autobiográfico donde Albert relata con drama, tragedia y ternura cómo es la vida cotidiana en la planta de oncología infantil de un hospital. El largometraje fue nominado a numerosos premios.
El mundo amarillo
El mundo amarillo fue la primera novela de Albert Espinosa. En ella, el autor nos descubre su propio mundo, el que creó durante los 10 años en los que tuvo cáncer. Los hallazgos, las experiencias, las fuerzas y la vitalidad que desarrolló durante esa etapa las plasmó en este libro para que nos sirvan en el día a día.
Lo más importante es descubrir a los «amarillos». Son las personas que no son ni amantes ni amigos, sino aquellas que llegan a tu vida para cambiártela. Te hablan de lo sencillo que es creer en tus sueños para que estos se creen a su vez. El miedo pierde su significado, la muerte no es eso que les pasa sólo a los demás y la vida y nuestro tiempo es lo más valioso que tenemos.
Esta obra demuestra que los 10 años que Albert pasó en los hospitales fueron de los mejores de su vida. A pesar de que el cáncer le quitó muchas cosas, le enseño otras que quizá el sólo no hubiese sabido descubrir. El mundo amarillo tiene el color del sol y una lista de 23 puntos esenciales para aprender a apreciar que la vida es un ratito.
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