Cuando era joven, Peter Cameron intentaba colocar sus relatos en las revistas, pero una cabecera masculina le rechazó por escribir como una mujer.
Para él, fue todo un cumplido y para el New Yorker esto no supuso ningún problema y aceptó sus cuentos.
Más tarde, ya habiendo publicado sus primeras novelas, sus amigos activistas de la comunidad gay afirmaban que no escribía «suficientemente gay».
Esto fue en un momento en el que el sida vivía sus años duras y Cameron trabajaba para la organización de defensa legal Lambda y escribía novelas sobre familias y amigos.
Ahora, publica en España «Un fin de semana», una novela que data de 1994 y la masacre del VIH sobrevuela lo que en apariencia es un gentil relato de casa de campo.
El reparto de esta novela, lo forman dos parejas desiguales: los adinerados John y Marian, que huyen de Nueva York para criar a su bebé, invitan a pasar el fin de semana al que fuera pareja del difunto medio hermano de John, el crítico de arte Lyle, justo cuando se cumple el aniversario de la muerte.
Lyle acude al encuentro con su recientísimo amante, el joven Robert. Además, con el fin de romper la simetría, Laura va a la cena del viernes.
Ella es una mecenas italiana cuya famosa hija también alquila una casa por la zona. A lo largo del fin de semana, todos hablan de todo para llenar los huecos incómodos, del estado del arte y de la novela y de los frescos del palazzo que Laura está restaurando en Italia.
Una de las acusaciones que Cameron siempre ha recibido ha sido porque sus personajes nunca trabajan en sitios como un supermercado.
A estas acusaciones, el autor afirma que: «Es muy decadente que tengan el lujo de llevar esa vida, pero también lamento que haya ese prejuicio contra los libros sobre gente acomodada, como si la gente que tiene problemas económicos fuera más real. Puede que empaticemos más con ellos, pero los ricos son reales, también existen».
Desde hace unos años, Cameron triunfa en Italia y sus libros son tan populares que el próximo, formado por dos relatos largos, aparecerá en italiano antes que en inglés.
También en nuestro país ha tenido una acogida muy buena con títulos como Algún día este dolor te será útil.
Aunque ha tenido que irse lejos, tras muchos años ha encontrado gente que realmente le lee por lo que es.
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