La librería ofrece un inmenso catálogo de títulos independientes y numerosas actividades culturales cada mes.
No tienen un Nobel de Literatura, ni gastan millones de euros en campañas de alfabetización. No organizan festivales literarios de calado internacional como el Eñe, ni mueven a grandes masas.
Es el librero de su barrio -en el que caso de que lo tenga- que vende títulos sin atender a modas, del promotor musical autónomo que trae a una banda de rock australiano porque le encanta, del dueño de un bar que defiende la música en directo una tarde de sábado. Ellos también hacen y promueven cultura desde su pequeña trinchera. Y son muy necesarios. Lo mismo ocurre con Ubú Libros.
Hace cinco años, Marian Recuerda abría la librería en la calle Buensuceso con la intención de «cambiar de aires» y de «crecer a nivel laboral» después de trabajar siete intensos años en Praga – «allí aprendí todo lo que se», se sincera-.
A la experiodista le gusta mucho trabajar con libros y tener un negocio así le permite, entre otras cosas, leer lo que quiera, acceder a un montón de textos y conocer editoriales nuevas.
Si hay algo que diferencia a Ubú de otras librerías granadinas es que presta especial atención a «géneros minoritarios» como la poesía y el teatro en lugar de promocionar al fenómeno superventas de la semana.
Ubú se ha convertido con el paso del tiempo en un espacio esencial en la agenda cultural alternativa. La mayor parte de las actividades -charlas, presentaciones de libros, recitales- son gratuitas. Entre las invitadas estrella de estos meses figuran poetas como Blanca Llum Vidal, Begoña Callejón y Ángela Segovia, Premio Nacional de Poesía Joven Miguel Hernández 2017, que presenta libro nuevo. «Funcionan muy bien las tertulias literarias con profesores de la UGR y expertos. Ellos vienen a hablar de un tema en concreto o de su libro favorito y la gente aprende mucho. Eso es lo que quiere la gente: aprender», subraya.
Fuente: Granada Hoy.
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